domingo, 10 de abril de 2011

LLEGÓ UN DÍA....



Son tantas las ocasiones, las veces que desaprovechamos tantas cosas, que apenas si nos damos cuenta de que lo hacemos.

Quizá por ello, llegó un día en el que decidió por fin aprovechar.
Y aprovechó...
... aprovechó la visión que le ofrecían sus ojos para observar la belleza de todo cuanto le rodeaba.
... pero también aprovechó esa visión para llenarla de lágrimas, y así ver borrosa una realidad demasiado amarga.

... aprovechó la capacidad que le ofrecían sus labios para sonreír.
... pero también aprovechó esa capacidad para cerrarlos, y no desperdiciar besos, o hermosas palabras, en demasiadas ocasiones inmerecidamente regaladas.

... aprovechó los sentimientos que le ofrecía su corazón para sentir.
... aunque fuese dolor.

... aprovechó la fuerza que le daban sus brazos para abrazar.
... a una almohada en las largas noches en vela.

... aprovechó la sensibilidad que le daban sus dedos para dejar escritos te quieros en trozos de papel.
... en mensajes sin destino, en sentidas cartas que terminaron tan rotas en pedazos como su quebrado corazón.

Pero aún así, aprovechó... y haciéndolo creció... y creciendo convirtió desprecio y frustración en cariño y afecto, palabras que intentaba transformar en hechos, y pesadillas en deseos por cumplir...

Y desde entonces aprovechó... aprovechó para vivir, para intentar querer, para sentir.
Pues sentir es vivir. Y querer es darle sentido.
El único que realmente tiene...

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