Un ateo estaba paseando en un bosque, admirando todo lo que aquel “accidente de la evolución” había creado.
“- Pero qué árboles majestuosos! Qué poderosos ríos! Qué bellos animales!” el iba diciendo.
A medida que caminaba, a lo largo del río, escuchó un ruido en los arbustos, tras de sí.
Se volteó para mirar. Fue entonces cuando vio un corpulento oso pardo caminando en su dirección.
Se puso a correr lo más rápido que podía. Miró, por encima del hombro,
y reparó que el oso estaba demasiado cerca. ¡Aumentó la velocidad!
y reparó que el oso estaba demasiado cerca. ¡Aumentó la velocidad!
Era tanto su miedo que algunas lágrimas le vinieron a los ojos. Fue entonces cuando tropezó y cayó de bruces.
Rodó por el suelo rápidamente e intentó levantarse.
Pero el oso ya estaba sobre él, procurando agarrarlo con su fuerte pata
izquierda y, con la otra pata, intentando agredirlo ferozmente.
izquierda y, con la otra pata, intentando agredirlo ferozmente.
En ese preciso momento, el ateo clamó:
- ” Oh mi Dios !”.
Entonces el tiempo se paró. El oso quedó sin reacción. El bosque se sumergió en un silencio sepulcral. Hasta el río dejó de correr.
A medida que una luz clara brillaba, una voz venía del cielo diciendo:
- “Tú negaste mi existencia durante todos estos años, enseñaste a otros
que yo no existía, y redujiste la creación a un accidente cósmico. Esperas que yo te ayude a salir de este apuro? ¿Debo yo esperar que tengas fe en mí?”
que yo no existía, y redujiste la creación a un accidente cósmico. Esperas que yo te ayude a salir de este apuro? ¿Debo yo esperar que tengas fe en mí?”
El ateo miró directamente a la luz y le dijo:
“Sería, de hecho, hipócrita por mi parte, pedirte que, de pronto, me pases a tratar como un cristiano! Mas tal vez… ¿No podrías convertir
al oso en cristiano ?”
“Sería, de hecho, hipócrita por mi parte, pedirte que, de pronto, me pases a tratar como un cristiano! Mas tal vez… ¿No podrías convertir
al oso en cristiano ?”
- “Muy bien”, dijo la voz.
La luz despareció. El río volvió a correr. Y los sonidos del bosque retornaron.
Y, entonces,el oso juntó sus patas, hizo una pausa, bajó la cabeza y dijo:
“Señor, bendice este alimento que ahora voy a comer. Amén”
No hay comentarios:
Publicar un comentario