domingo, 13 de abril de 2014

CÓMO SER MAS LISTO QUE EL HAMBRE...☼♥☼





Cuando vamos  a Lima nadie nos dice “¿Cuándo nos vemos para caminar por el malecón?” Qué va. Cada encuentro implica comer: desayuno, almuerzo, lonche, cena, tragos. No acaba nunca. Curiosamente allá, a pesar de tragar como si no hubiera un mañana, no engordo. ¿Cuál es la explicación? Los humanos celebramos todo con comida, la asociamos a los momentos felices con las personas queridas y por eso no podemos dejar de comer.
Garfield es propiedad de Jim Davis (www.garfield.com)
Prohibido prohibir, queremos comer
Basta que algo este restringido para que sea justo lo que deseamos. Las prohibiciones llevan a las infracciones y estas a la culpa. La culpa es peor que la gordura. Tengo claro que he pasado tantos buenos momentos con las comidas “malas” que no puedo ni quiero decirles adiós.
Queremos comer, comer y seguir comiendo
No hay que saltarse comidas, porque cada vez que dejas de comer el cuerpo se pone en modo ahorro, gasta menos energía y cuando llega la hora de volver a comer corres el riesgo de atiborrarte. Ahora comemos algo cada 3 horas, como los bebés. Intentamos mantener siempre los mismos horarios y eso nos ha permitido ordenar nuestras actividades y aprovechar mejor el día.
Queremos comer de todo
¿Pollo a la plancha con ensalada hasta el infinito y más allá? Aburrido. Hay que variar porque esto estimula al cerebro y tiene al cuerpo cambiando la forma de metabolizar cada día lo que ingiere. El Señor Torres y yo hemos intentando enriquecer nuestra alimentación y seguimos experimentando con verduras de temporada, que está más buena y es más barata. Además intentamos comprar productos locales porque alguien tiene que levantar el país. Aún tenemos que hacer más pruebas porque no todos los platos son “taperables”,  pero planificar el menú, ir a comprar y, finalmente, improvisar un poco se ha convertido en uno de nuestros juegos preferidos.
Lo que no significa que haya que comerlo todo AHORA
Mi gran debilidad son las papas fritas. ¿Cuántas papas fritas necesito para ser feliz? Por supuesto que las podría comer hasta reventar pero como sé que las puedo comer cuando me dé la gana, elijo porciones más pequeñas y lo complemento con otras cosas. Hasta la saciedad, pero solo hasta la saciedad.
A comeeeerrrrrrr! Mejor si hay muchos colores en el plato
Solo hay que restringir lo que nos hace REALMENTE mal
Hay dolencias que pueden ser prevenidas o curadas con la comida y eso es bueno.  No voy a dar recetas porque hay que probar para conocer lo que le va bien a cada uno, pero también hay que saber qué te sienta mal ya que pueden ser las cosas más extrañas. Por ejemplo,  el Señor Torres es alérgico a las nueces y a los melocotones (XD) y yo no metabolizo bien una sustancia que abunda en los alimentos procesados (ajá!) y ahora me he vuelto alérgica a los langostinos/gambas y a todos sus amigos de cáscara roja. (¡BUAAAA!)
La comida es muy buena, pero no es tu amiga
No, el helado no escucha, ni habla, ni comprende tus dramas. Está rico, puede servirte para determinadas cosas (¡Siempre recuerdo mi operación de amígdalas a los 11 años y la semana entera en que me alimenté exclusivamente de helados!) pero la relación con la comida no puede basarse en llenar vacíos que no sean los del estómago, pues esto llama irremediablemente a las culpas y volvemos al punto 1. ¿Quieres un amigo? Busca a una persona. Incluso puedes permitirte quedar para ir comer helados juntos.
Y, ya puestos, el cliché: mens sana in corpore sano
No hace falta correr la maratón ni pagar gimnasios a los que no irás, pero la actividad es importante para un buen funcionamiento interno. Ahora, cuando el clima me lo permite, vuelvo caminando de la ofi a mi casa. Depende de la ruta que tome (intento no repetir) tardo entre 40 y 50 minutos. Los beneficios son innumerables: despejo la mente de temas de trabajo, no tengo que depender de los horarios o el estado del transporte público y veo por el camino cosas chistosas para contarle al Señor Torres. También hay beneficios secundarios, como la liberación de endorfinas, la tonificación muscular o el “efecto All-Bran” pero son son tan mundanos que ni hace falta mencionarlos.
¿Qué hemos aprendido?
Hacer dietas causa frustraciones y, si lo que realmente necesitamos es cambiar de estilo de vida, hay que elegir aquel que corresponda a nuestra idea de felicidad. Para alcanzar el peso ideal (relativo para cada persona) vivo como si ya lo tuviera y  está funcionando.
Y, como acabo de descubrir la sopa de ajo, ya sé que voy a cenar esta noche :P

VÍA YO EVOLUCIONO

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