martes, 17 de septiembre de 2013

“Y tú, ¿por qué no te suicidas?”...♥



“Y tú, ¿por qué no te suicidas?”.  Esta pregunta que planteaba Viktor Frankl a sus pacientes contiene el germen de uno de los grandes secretos para obtener una vida lograda: es precisa una meta, un objetivo, algo que ames y te impulse a dar un paso más.
Todos encontraremos dificultades en nuestro día a día, todos tendremos tropiezos, todos disfrutaremos de jornadas en las que las cosas saldrán de maravilla y sufriremos épocas en las que parecerá que todo se derrumba…  Y, ¿qué es lo que nos hará seguir adelante con una sonrisa en los labios?  Tener una meta, un objetivo, un destino…  El hombre es un ser que busca el sentido de su vida, quiere ser un logos, una expresión que diga algo…  Y no simple forma vacía, humo que se diluye en el espacio y el tiempo.
Todos tenemos una meta, aunque la desconozcamos…  Todos tenemos una vocación, todos tenemos reservado un lugar en la historia de la humanidad, todos estamos llamados a hacer algo en esta vida, algo que sólo nosotros podemos hacer…  Aunque no sepamos qué.
Es preciso que dediquemos un tiempo a discernir para qué estamos aquí, qué nos mueve, qué podemos aportar, qué da sentido, alegría y energía a nuestro día a día.  El mundo necesita de nosotros, y nosotros necesitamos descubrir cuál es nuestro lugar si queremos ser realmente felices.  No es ninguna tontería, siéntate y piensa quién eres, qué talentos tienes, qué te motiva, qué puedes aportar a los demás…  Ponlo por escrito, medítalo, reflexiona.
Descubre quién eres en realidad, observa tus talentos y establece un propósito coherente para tu vida.  En cuanto des este paso y te enfoques en aquello que amas, en aquello a lo que estás llamado, percibirás que tus acciones dan fruto y esta constatación te empujará a seguir actuando con firme voluntad pese al cansancio y las dificultades.
La conocida como "encuesta objetivos de Harvard" parece demostrar este hecho.  Cuentan distintas fuentes que en 1953 se realizó una encuesta entre alumnos del MBA de Harvard en la que, entre otras preguntas, se inquiría si habían definido sus metas y si las habían plasmado por escrito.  Los resultados pusieron de manifiesto que un 84% de los estudiantes no tenía definida ninguna meta, un 13% sí las tenía pero no las había escrito, y un 3% las había escrito y tenía un plan de acción. Hasta aquí, no hay nada novedoso.  La sorpresa se da cuando 20 años más tarde, en 1973, se decide realizar el seguimiento profesional de aquellos alumnos que realizaron la encuesta, momento en el que se descubren unas diferencias asombrosas que guardaban directa relación con las respuestas que habían dado al cuestionario de 1953: el grupo del 13% que tenía objetivos definidos aunque no escritos, tenía el doble de ingresos, de media, que el grupo del 84% que aseguraba no tener metas. Pero lo más increíble fue que el grupo del 3% que había escrito sus objetivos estaba ganando, de media, diez veces más que el 97% restante.  Es lógico que el éxito -ése que se deriva de la fijación de metas- se materializara, en el caso de esos estudiantes, en elevados salarios...  Eran MBA, enfocados a lo económico...  Pero el éxito tiene muchos rostros, y no siempre son los que aparecen en las monedas.
Así, ten por seguro que con la conjunción de tus talentos, de tu voluntad y de tu constancia, surgirán oportunidades que de otra manera no existirían, ocasiones de ser esa gran persona que te has determinado a ser.  Tus hábitos –como decía Ovidio- te harán poderoso, te darán la llave que abre la puerta de la buena suerte…  Porque podrás aprovechar los vientos cuando soplen, porque sabrás jugar las cartas que te reparta la vida, porque sabrás lo que quieres ser…  Y serás capaz de hacer lo que tengas que hacer para conseguirlo.
Conocimiento y amor… Mira hacia adentro, explora tu interior, descubre los tesoros que oculta tu alma…  Sólo así podrás acertar al lanzar tu vida hacia ese blanco invisible que hoy es tu destino.  Que el amor marque la dirección…  Tu voluntad y constancia darán la fuerza necesaria al lanzamiento.
Ábrete a esta experiencia, déjate arrebatar por el Espíritu…  Los pies en el suelo y la mente en los cielos…  Sólo así se logra lo imposible, sólo así se puede traer el gozo, la felicidad y la prosperidad a un mundo imperfecto que necesita de nosotros.
Estás llamado a hacer grandes cosas…  No hagas oídos sordos.
VÍA MEDITACIONES DEL DÍA...

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