domingo, 8 de septiembre de 2013

UNA OCASIÓN ESPECIAL...♥




Mi cuñado abrió el cajón del placard de mi hermana
y levantó un paquete envuelto en papel. “¿Y esto?”, dijo, “es
lencería fina”. Tiró el papel que la envolvía y me la dio. Estaba
precioso; seda y encaje. La etiqueta del precio mostraba
una cantidad astronómica.
“Julia compró esto la primera vez que fuimos al Shopping
Center, hace al menos 8 o 9 años. Nunca lo usó. Lo estaba
guardando para alguna ocasión especial. Bueno, creo que
esta es la ocasión.
“Me la pidió nuevamente y la pusimos en
la cama junto con la demás ropa que íbamos a llevar a la funeraria”.
Sus manos tocaron un momento la seda y cerró de golpe
el cajón y volviéndose hacia mí me dijo: “No guardes nada
para una ocasión especial. Cada día que vives es una ocasión
especial”.
Recordé esas palabras durante el funeral y los días que
siguieron cuando lo ayudé a él y a mi sobrina a atender todas
las obligaciones tristes que siguen a una muerte inesperada.
Pensé en ellos en el vuelo de regreso a mi casa. Pensé acerca
de todas las cosas que ella no vio, escuchó o hizo.
También pensé acerca de las cosas que ella hizo, sin
darse cuenta de que eran especiales. Todavía estoy pensando
en esas palabras, que han cambiado mi vida. Ahora, estoy leyendo
más y limpiando menos. Me siento en el jardín y admiro
la naturaleza sin fijarme en las malas hierbas. Estoy
pasando más tiempo conmigo misma, haciendo lo que me gusta hacer.
Disfrutando y compartiendo con mi familia y amigos y menos tiempo
en elecciones vanas.
Cada día, cada momento, la vida debe ser un patrón de experiencias
para disfrutar, no para sobrevivir.
Estoy tratando de reconocer estos momentos ahora y
disfrutarlos. Ya no estoy guardando nada; usamos nuestra vajilla
de lujo ante cualquier reunión.
Uso mi campera nueva para ir al supermercado, si me dan ganas.
Mi teoría es que si me veo y siento próspera, puedo gastar
dinero sin preocuparme por la posible futura carencia.
Ya no guardo mi mejor perfume para ocaciones especiales.
Las frases “algún día” y “uno de estos días” van desapareciendo
de mi vocabulario. Si vale la pena verlo, escucharlo
o hacerlo, lo quiero ver, oír y hacer ahora. No estoy segura
de lo que hubiera hecho mi hermana si hubiera sabido que no
estaría aquí para el mañana que todos tomamos a la ligera.
Creo que hubiera llamado a algunos miembros de la familia y
a amigos cercanos. A lo mejor hubiese llamado a algunos ex
amigos para disculparse y hacer las paces por posibles enojos
del pasado. Me gusta pensar que hubiese ido a comer comida
china, su favorita. Pero sólo estoy pensando, nunca lo sabré.
Son esas pequeñas cosas dejadas sin hacer las que me
harían enojar si supiera que mis horas están limitadas. Enojada
porque dejé de ver a buenos amigos con los que me iba a
poner en contacto “algún día”. Enojada porque no escribí ciertas
cartas que intenté escribir “uno de estos días”. Enojada y
triste porque no les dije a mi esposo y mi hija con la suficiente
frecuencia cuanto realmente los amo. Estoy tratando no retardar,
detener o guardar nada que agregue risa y alegría a
nuestras vidas. Y cada mañana cuando abro mis ojos, me digo
a mí misma que es especial. Cada día, cada minuto, cada respiro
es un regalo de Dios.
Date una nueva oportunidad para iniciar una nueva
etapa. Te sentirás mejor acercándote a quiénes amas. “Somos
todos pasajeros de un mismo barco, la Tierra, y no debemos
permitir que naufrague. No habrá una segunda Arca de Noé”.
¡No esperes tu felicidad en el mañana, empieza a ser






feliz desde hoy!.


VÍA ESPIRITUALIDAD DIARIA

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