jueves, 19 de septiembre de 2013

Sincronicidades por Tom Kenyon...Significado y Falsa Ilusión



Significado y Falsa Ilusión

Todo esto me lleva a otra observación acerca de las sincronicidades. No necesariamente significan lo que nosotros creemos. Son simplemente eventos paralelos. Algo ha pasado en el mundo externo que está en paralelo con nuestro mundo interno. Son una signatura, una señal de que algo se ha movido en lo profundo dentro de la psiquis.

Conocí a alguien que entendió mal una sincronicidad y acabó abandonada en el medio de un desierto.  Ella estaba muy interesada en los OVNIs en esa época y anhelaba ser llevada por la “nave madre”. Durante semanas había estado teniendo fantasías de salir al desierto donde la vendrían a buscar. Creo que justo se había estrenadoEncuentros Cercanos y tal vez eso había dado impulso a sus fantasías. Una noche, mientras enviaba sus fervientes oraciones hacia el “hogar en las Pléyades”, una estrella fugaz cruzó el cielo.  Ella “supo” que esta era una comunicación de sus hermanas y  hermanos galácticos. Venían a buscarla.

Algunos podrán decir que su experiencia fue una señal, pero para mí, las señales aparecen por sí solas sin correspondencia mental. En otras palabras, ella estaba enviando una oración ferviente al universo cuando el meteoro hizo su trayecto en el cielo. El meteoro apareció al mismo tiempo que su actividad mental. Esto lo hacía una sincronicidad.

Renunció a su trabajo y vendió sus cosas. Conservó sólo alguna ropa y su Ford Pinto. Condujo desde Carolina del Norte hasta el desierto de Nuevo México y esperó el encuentro.

Pero la nave madre nunca apareció. Creo que esperó durante algunas semanas, hasta que se le acabó la comida, el agua y el dinero. Volvió a casa en bancarrota, sin trabajo, y sus amigos pensaban que había perdido el juicio.

Ella había interpretado mal la sincronicidad. No significaba lo que ella creía. Y creo que ahí está el peligro de estas extrañas criaturas de nuestra mente. Justamente porque tienen esta “cualidad de otro mundo” y se sienten tan intensamente,  es mejor no sacar conclusiones demasiado rápidas respecto a su significado.

Todo esto se hace aún más complejo, sin embargo, por el hecho de que a veces las sincronicidades son verdaderos mensajes de nuestro ser profundo. En  tales casos son como el dedo del destino, y mucho depende de que si le hacemos caso o no – pero no siempre.

El Estafador

Hace varios años, un facilitador en crecimiento personal muy conocido me había contratado como co-entrenador. Era un individuo talentoso que transformaba muchas vidas, pero también era una artista del engaño. Cuanto más conocía sus actividades, más claro lo veía.

En uno de los entrenamientos habían venido unas noventa personas de todo el mundo a estudiar con él.  Les había vendido este curso ofreciendo hablar de los patrones de sonido para el cerebro.  Él declaraba haber descubierto los tonos precisos que estimulaban áreas específicas del cerebro. La mitad de la audiencia consistía de personas no conocedoras, pero la otra parte estaba compuesta de terapeutas profesionales. Para mí era magnífico enseñar a un grupo de personas tan motivadas y lo estaba disfrutando inmensamente.

Entonces empezaron a suceder algunas cosas extrañas, como siempre pasaban con este maestro. Yo había experimentado esta “falta de integridad” a su alrededor y con su personal antes, pero siempre había podido dejar de lado esos incidentes.

Sin embargo, esta vez fue demasiado. Una noche una neurofisióloga invitada dio una conferencia para el grupo. Era una mujer extraordinaria con una profundidad de conocimiento y sabiduría inspiradores. Yo estaba en la sala audiovisual cuando ella llegó y entregó un video a uno de los técnicos. Ella dejó muy en claro que no debía copiarse ese video. Era un registro de su último trabajo sobre energía sutil y ella quería protegerlo.

Tan pronto como se fue de la sala, el técnico insertó un video virgen en la grabadora y empezó a hacer una copia de alta velocidad del video que ella acababa de entregar. “JD (iniciales del facilitador) va estar encantado de tener esto!”

Yo me acerqué y paré la grabadora. “No”, le dije. La acción me sorprendió a mí mismo porque normalente yo no interferiría en una situación así.

Después de la conferencia, yo estaba preparándome para volver a mi habitación para esa noche. JD me paró y me preguntó si podía ir a su casa esa noche. “Para qué?” le pregunté inocentemente.

 “Me gustaría que me ayudaras a entender qué partes del cerebro corresponden a estos sonidos!”

Me negué. Pasé toda esa noche en torbellino intelectual. Me sentía responsable por noventa personas que habían venido a estudiar con nosotros. No, me dije, yo sólo era miembro del personal. La responsabilidad era de JD, no mía. Además me pagaba realmente bien. Mejor cerraba la boca y seguía con el entrenamiento lo mejor que pudiera.

Ahora que lo recuerdo, mis dificultades con JD habían estado acumulándose por varios meses. Con cada entrenamiento en que participaba se revelaban nuevas áreas de deshonestidad, y yo me acercaba a una crisis – uno de esos puntos decisivos que determinan el próximo curso de la vida de uno.

La sincronicidad ocurrió el día siguiente. JD decidió hacer un Renacimiento grupal en agua fría que, en mi humilde opinión, era una locura. Pero a JD  le gustaba llevar a las personas a sus límites.

El Renacimiento es un proceso de respiración circular que puede ser bastante transformador e iluminador si se hace bien. Si no se hace adecuadamente, puede dañar.  Ahora bien, es típico hacer el Renacimiento primero en tierra. Luego de acostumbrarse al proceso de respiración y a los intensos fenómenos que lo acompañan, uno puede hacerlo en agua tibia. En algunos casos alguna persona podría ser llevada al agua tibia en primer lugar. Pero un Renacimiento en agua fría es una experiencia muy intensa. Creo que sólo una persona de todo el grupo había hecho Renacimiento antes. De todo el personal, yo era el único Renacedor certificado. Ni siquiera JD había tenido mucha experiencia en eso.  Entre el personal, sólo dos personas habían pasado por el Renacimiento, y ellos sólo una o dos veces.

La piscina del hotel estaba llena hasta el borde con noventa personas en traje de baño. Uno sostenía la cabeza del que iba a renacer, que entonces se dejaba flotar como una boya. Era un día muy nublado con temperatura baja que tornaba el agua aún más fría. Yo estaba preocupado, pero me dije que JD estaba a cargo.  Seguí con elprograma.

Mientras miraba ese mar de cuerpos tratando de soportar una experiencia planeada inadecuadamente, pensé para mis adentros que eso era cosa de lunáticos.

Mi incomodidad ante esa falta de seguridad afloró a la superficie otra vez. Pero me recordé que yo sólo estaba en el equipo y no era el responsable, sino JD.

Sentí la presencia de alguien a mi lado. Era una mujer de más de cincuenta años con un rostro que lucía preocupado. Me dijo que tenía miedo de lo que estaba sucediendo, pero  “si Tom Kenyon está involucrado, sé que estará bien.”

Lo oportuno del comentario me dejó estupefacto. Supe que tendría que tendría que alejarme de mi mentor. Ese fue el último entrenamiento en que participé.

Nunca olvidaré la sincronicidad de ese momento. Como tocada por un rayo se eliminó mi ambivalencia y eventualmente eso me llevó a mi propio trabajo en lugar de co-facilitar el de otro.

Pensamientos Finales

Entonces  ¿qué sacamos de todo esto?

¿Cómo hemos de manejarnos con las sincronicidades cuando surgen, y cómo diablos podemos entender qué significan?

Bueno, para los principiantes, el significado es relativo al que lo percibe. Nuestros cerebros están interpretando sucesos todo el tiempo, creando significados aun cuando no los hay. Es lo que los cerebros hacen, al menos la parte pensante.

Habiendo enfrentado las sincronicidades por muchos años, creo que no necesariamente tienen significado. Si lo hay, proviene de cómo las interpretamos.

He llegado a tratarlas más bien como signos de exclamación. Son una señal de que algo grande está ocurriendo en el inconciente. Entonces he optado por volcar mi atención hacia adentro cuando me encuentro con unasincronicidad. Busco “qué se está moviendo” en mi propia psiquis. Personalmente considero  que este tipo de cuestionamiento da muchos más recursos que tratar de entender qué significa la sincronicidad misma.

Las sincronicidades se parecen un poco a los ornitorrincos que juegan en las aguas de Australia. Estos lindos marsupiales mezclan dos especies bien distintas. Tienen colas chatas como los castores y tienen piel. Tienen sangre caliente como los mamíferos pero ponen huevos como los reptiles. Extraños, raros, son el resultado de unir dos mundos biológicos diversos: reptiles y mamíferos

Las sincronicidades también resultan de la unión de dos mundos – nuestro mundo del pensamiento y del sentimiento mezclándose con el mundo de los eventos externos.

A medida que entramos en el siglo veintiuno, los campos de la física cuántica, la biología y la psicología nos revelan un considerable terreno interior. Se está descubriendo que nuestra psicología refleja nuestra biología y la incertidumbre cuántica de nuestras raíces sub-atómicas.

Nuestras mentes, nuestros pensamientos y sentimientos, están todos hechos de polvo de estrellas. No es que me dio por la poesía. La miríada de partículas sub-atómicas que se arremolinan con gran incertidumbre en la sopa cuántica del universo ha nacido de un feroz comienzo que apenas podemos imaginar.

La mente y la materia se han forjado juntas en la fundición del cosmos, en formas que recién ahora empezamos a comprender. Para quienes desean lograr comprensión de los misterios de la mente y la materia, lassincronicidades son como oro. Lo que hagas con él, es lo que  haces con él. Pero es oro de todos modos.


© 2011 Tom Kenyon. Reservados todos los derechos www.tomkenyon.com

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