martes, 17 de septiembre de 2013

Las guerras de los romanos y nuestras abuelas...♥





Esto lo diré flojito, porque no es agradable de escuchar.  
El bien y el mal se encuentran indisoluble e inexplicablemente unidos. 


Veréis, resulta que los romanos guerrearon durante siglos y siglos, y mataron y violaron, y destruyeron pueblos enteros. Pero resulta que aportaron también leyes más justas, un idioma mucho más rico y versátil, edificios, monumentos, teatros y espectáculos Y mucha, mucha cultura.

Esto es repugnante, lo sé, pero también es cierto. Que el mismo que te golpea garantiza tu desarrollo. Nuestras abuelas gritaban a nuestros abuelos, y gritaban y pegaban a sus hijos, y los reprimían en el sexo y esas cosas. Y nuestros abuelos pegaban a nuestras abuelas, y a sus hijos hasta con una vara. Pero mira por donde nuestras abuelas alimentaron a sus hijos e hijas, cada día un plato y otro plato. Y preparaban las camitas y limpiaban la casa, y zurcían con algo que incluso se parecía al afecto. Y nuestros abuelos trabajaban 14 horas diarias de lunes a sábado, y los domingos por las mañanas también, y luego traían dinerito a casa. Y los domingos por la tarde compraban a sus hijos e hijas un tebeo y un refresco, y hasta se les escapaba una sonrisita de emoción al ver a sus retoños jugando en la calle.

Y digo yo, si esto ha sido así desde los romanos, pero qué digo, desde Adán y Eva, si esto ha sido así, ¿por qué narices nos empeñamos en dar seminarios Nueva Era donde se pretende separar el amor del odio, la guerra de la paz? ¿Por qué los antisistema -que son los buenos- hablan de salir del sistema -que es el malo- mientras usan todas las ventajas tecnológicas de ese sistema? ¿Y por qué en nuestra vida de cada día nos preocupamos por separar y dividir en conceptos aquello que es sólo el mismo río, la misma moneda que vuela y gira sin cesar, presentando ahora la cara, ahora la cruz? - Gunther Emde

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