viernes, 6 de septiembre de 2013

EL SOPLO DE LA VIDA ESTA AL SERVICIO DEL ALMA...♥



El soplo de vida está al servicio del alma. El cuerpo físico es el símbolo de la reencarnación terrestre. La reencarnación en la tierra sigue la misma ley que se reproducirá para cualquier revestimiento de carne, en cualquier planeta o plano.

La Tabla de Esmeralda, de Hermes, nos enseña que “lo que está arriba es como lo que está abajo, y recíprocamente, a fin de que se cumplan los milagros de la Unidad“. Así pues, si la reencarnación existe para el espíritu, también existe para el Alma. Es decir, un Alma terrestre debe volver a otro cuerpo terrestre sin marcharse de la tierra, si un espíritu vuelve a otra entidad material.

De aquí es de donde proceden las confusiones entre la reencarnación o retorno del espíritu a un cuerpo material, tras un período astral, y la metempsicosis o travesía por el cuerpo material de cuerpos de animales y de plantas, antes de volver a un nuevo cuerpo material. No hay que confundir la reencarnación con la metempsicosis, dado que el Ser no retrocede y que el espíritu jamás se convierte en el espíritu de un animal, excepto en el plano astral ficticio o imaginario, pero esto todavía constituye un misterio para los seres.

El cuerpo físico es un soporte triple: soporta tres principios y posee tres centros en los que cada uno de estos tres principios tiene su propio ámbito. El principio de los instintos, principio totalmente físico cuyo ámbito se halla en el vientre;
El principio de los sentimientos y de las fuerzas astrales, cuyo ámbito se halla en el pecho, teniendo como centro el plexo cardíaco;

El principio del mental y de las fuerzas espirituales cuyo ámbito se halla en la cabeza. De estos principios se han hecho cuerpos, con lo cual cabe decir que hay un cuerpo físico, un cuerpo astral y un cuerpo mental. Pero esto son tan sólo palabras y divisiones ideológicas, por lo que deben ceñirse a la fisiología común.
De hecho, en la creación todo se halla relacionado, con lo que es imposible estudiar un plano por sí solo.

PUBLICADO POR PATRICIO BUSTOS GODOY

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