Mucho de lo que nos ha sucedido en la vida ha tenido una finalidad, y ésta ha sido conducirnos hasta este momento en el que nos preguntamos si somos capaces de liberarnos del resentimiento.
Hemos conocido nuestras debilidades, nuestras frustraciones, nuestros temores, las traiciones, las manipulaciones y lo que creemos que ha sido injusto en nuestra vida nos ha inducido a creer que hemos sido víctimas, pero en realidad hemos sido voluntarios para ello, para experimentar todo ese cúmulo de amargas sensaciones y todo llegó para desafiar tu creencia de que no eres merecedor de amor.
Estar atascado en el drama tridimensional nos impide avanzar y ver más allá de lo que nos sucede, pero está claro, muchas veces para ser conscientes de ello necesitamos darnos cuenta de lo desdichados que somos, de lo mal que lo estamos pasando. Ahora bien, si cambiamos ese patrón de pensamiento y sentimiento lo modificaremos todo. Echarnos la culpa, sentirnos en deuda con…, es ceder el poder, y mantener hostilidad, ira, resentimiento hacia las demás personas es una carga demasiado pesada para llevarla sobre tus espaldas. Es importantísimo despejar toda clase de amarguras, todo temor interno de que nos van a volver a lastimar, a engañar, etc, etc…, el verdadero poder reside en ese material del que están hechos los verdaderos guerreros que no se basa ni en la amargura ni en el resentimiento y tampoco en el olvido, sino en que todo les ha conducido a certeza de que todo obra para ayudarlo, para volver la mirada a la más elevada conciencia.
©LUHEMA
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