El rabino Moshe de Sassov reunió a sus discípulos para decir que finalmente había aprendido cómo se debía amar al prójimo.
Todos pensaron que el hombre santo había tenido una revelación divina, pero Moshe lo negó.
-En realidad, estaba saliendo hoy de casa para hacer unas compras, cuando vi a mi vecina Esther conversando con su hijo. Ella le preguntó:
-¿Me quieres?
El hijo le respondió que sí. Entonces, la mujer insistió:
-¿Tú sabes qué es lo que me hace sufrir?
-No tengo ni la menor idea –respondió el hijo.
-¿Cómo puedes quererme si no sabes lo que me hace sufrir? Procura descubrir cuanto antes todo lo que me hace infeliz, pues solo así tu amor podrá ser impecable.
Y el rabino Moshe de Sassov concluyó:
-El verdadero amor es el que sabe evitar sufrimientos innecesarios.
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