lunes, 10 de junio de 2013

EL NO-HACER...♥


Parar nos permite ver matices que el “ruido de la mente” nos impide percibir

  • No-hacer es una forma de hacer. Por eso, no tiene sentido reservar el no-hacer sólo para vacaciones, como si necesitáramos “una excusa” o el permiso de la sociedad para parar de hacer o de pensar, es decir, de ser hiperactivos físicos o mentales. Se puede ser productivo no haciendo nada, porque hacer y no hacer se complementan y necesitan.
    • Por ejemplo, cuando una persona trabaja en temas creativos (gran parte de los trabajos de hoy en día tienen un componente creativo de peso, como también señala Dan Pink) necesita momentos de silencio, de contemplación, de escucha, de inspiración…
    • También, la mayoría interactuamos a lo largo del día con muchas otras personas (ya sea real o virtualmente), y por ello necesitamos ciertos momentos de “soledad” diarios, para poder conocernos y gestionar nuestras emociones en favor de relaciones personales más sanas, tanto en el contexto laboral como privado o social.
    • Otro contexto en el que el no-hacer es de vital importancia es dentro de la mente: la meditación es un ejercicio muy recomendable para hacer “respirar” a la mente-pensante, y permitir que las rutas neuronales que activamos normalmente se renueven y creen también nuevas rutas. También es muy útil para aprender a gestionarnos internamente, a tener el control sobre nuestra mente y conocer el estado de relajación mental, que va mucho más allá de el mero hecho de quedarse quieto. Al frenar la mente que razona y reflexiona, permitimos a otros ámbitos de la mente (todo el hemisferio derecho, por ejemplo) desarrollarse, y así, podemos descubrir intuiciones que si hay excesivo “ruido” en nuestro cerebro no lograríamos escuchar. El silencio, la escucha, la contemplación, el no-hacer nada, lejos de ser actividades inútiles y poco productivas, son necesarias y complementarias a la actividad física y mental.
  • VÍA FILO COACHING

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