lunes, 20 de mayo de 2013

GANAR O PERDER ES LO MÁS SENCILLO DEL MUNDO...♥



Ricardo Ros

Un día, dos amigos, uña y carne desde la niñez, discuten. La discusión es sobre algo banal, sin importancia, pero comienzan a perderse el respeto, a lanzarse dardos envenenados, a resucitar cosas antiguas ya olvidadas. Comienzan los insultos y llegan a las manos. La relación se rompe. Ambos pierden

Una gran empresa del metal se enfrenta a un enorme dilema: tiene que conseguir que sus proveedores bajen los precios. Saben que si estiran mucho de la cuerda los contratos se romperán, ya que las demás empresas también tienen que sobrevivir. Sin embargo presionan hasta el límite, de tal forma que se crea una cadena entre empresas, cada una de ellas presionando a sus propios proveedores hasta la extenuación. La empresa grande gana, las demás pierden.

La relación de pareja se mantiene porque siempre ella cede. Llega un momento en que pierde a sus amigos, se aleja de su propia familia y se encierra en casa, preocupándose sólo de su marido y de sus hijos. Ella siempre pierde. Él siempre gana.

Muchas personas consideran la vida como una guerra, en la que hay que luchar por sobrevivir. Y para sobrevivir hay que imponerse a los demás, hay que humillarlos, hay que dominarlos, hay que vencerlos. Y no sólo hay que vencerlos, se tiene que notar quién es el vencedor.

Muchos Gobiernos, empresas, medios de comunicación y familias siguen esta misma doctrina: O gano yo, o no gana nadie. Algunos prefieren perder a que gane el otro.

Ganar o perder es muy sencillo. Lo difícil es no ganar ni ser vencido.

Ganar o perder depende de la fuerza que tengas, de tu capacidad para presionar o ser presionado y de los medios que tengas a tu disposición. Si tienes una pistola es más fácil que ganes que si tienes un cuchillo. Pero es más fácil que pierdas si el otro tiene un misil. Ganarás o perderás la batalla, pero no tendrás ni más ni menos razón.

El otro día vi en la calle a dos niños que se golpeaban entre sí. Los separé y les pregunté el motivo por el que se estaban pegando. Se peleaban porque uno decía que el Real Madrid era mejor equipo que el Barcelona. Yo les dije que estaba de acuerdo en que siguieran pegándose. “Si lo matas tú a él —les dije— el campeón será el Barcelona. Si lo matas tú a él, el mejor es el Madrid”. Me miraron como a un loco, sonrieron y se fueron jugando con su balón como si nada hubiera pasado.

Nos educan en la competición, en la rivalidad, en el enfrentamiento. No nos educan en compartir, en cooperar, en ayudar.

Fuente: http://www.ricardoros.com

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