sábado, 11 de mayo de 2013

¿CUÁNDO DEJAR DE TRABAJAR...?



Alan Cohen

En el ascensor de un hotel, encontré a un niño de 7 años de edad vestido con un traje elegante. “¿Eres un hombre de negocios?”, le pregunté. “No, pero espero serlo”, me contestó con resolución. Luego, pensó un poco más y añadió, “Espero retirarme antes de comenzar a trabajar”.

Cuando relaté esta historia en un seminario que presenté al día siguiente, una persona se puso de pié y relató: “Yo fui profesor de física por muchos años, y lo disfruté por un largo tiempo; me retiré cuando se convirtió en trabajo.”

¿Cuánto piensa usted que debe luchar para llegar a donde desea ir? A muchos de nosotros se nos ha enseñado a creer que la única manera de tener éxito es mediante el sudor (nota: proveniente del temor puritano de que alguien sea feliz)

Tal vez sea el momento de cuestionar esa creencia. Conozco un terapista en cuya tarjeta personal se puede leer: “Sin sufrimiento, todo es ganancia”. Sí, es cierto que aprendemos del sufrimiento, pero aprendemos más de la diversión. Dado que la diversión es nuestro estado natural, y el propósito de nuestra vida es la felicidad, podemos seguir nuestra voz interior para que nos guíe a estar en el lugar correcto, en el momento correcto, con las personas correctas, con el propósito correcto.

Nuestra tolerancia a la angustia es demasiado alta. Nos han enseñado a creer que debemos poner un gran esfuerzo para poder transcurrir por este mundo. Le invito a revisar su participación en la lucha. Cuando sienta que está luchando con otra persona o consigo mismo, deténgase un momento. Respire profundo y pregúntese. “¿Existe alguna manera más sencilla de lograr esto? Si realmente deseara que algo fluya, ¿con qué nuevo enfoque debería contemplarlo?” Se asombrará al descubrir que existen más opciones que las que imaginaba cuando aceptaba el conflicto como un mal necesario.

Dejar que las cosas fluyan, no significa ser haragán, tonto, o irresponsable. Significa elegir la paz en lugar del temor o la resistencia. Usted puede ser muy activo, trabajar con pasión, progresar hacia sus metas, ir más allá de sus límites, todo sin un sentido de lucha.

Cuando escribí uno de mis libros best sellers, trabajé día y noche por muchos meses. Escribí de 10 a 16 horas al día, sin hacer otra cosa, enfocándome intensamente. Sin embargo, no existía lucha. Estaba actuando desde mi pasión, completamente entregado a la tarea, sin miedo ni resistencia. Seguramente se veía como que estaba trabajando arduamente, pero me estaba divirtiendo tanto que no experimentaba ninguna sensación de lucha.

Lo invito a practicar dejar fluir las cosas. A chequear en su corazón antes de realizar cualquier decisión, y si es tan afortunado como mi pequeño amigo del ascensor, podrá retirarse antes de comenzar a trabajar.

Fuente: http://www.timemoneynet.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario