martes, 22 de enero de 2013

"YA QUE SOY POBRE Y NECESITADO.."




¿Cuánto aprecio les tienes a las bendiciones en tu vida?

Pienso que la mayoría de nosotros diría que apreciamos nuestros regalos, pero me gustaría despertarte a una apreciación más profunda y significativa.

Los kabbalistas enseñan que la apreciación por nuestras bendiciones actuales crea la vasija dentro de la cual las siguientes bendiciones que deseamos atraer pueden manifestarse. Esto también significa que el grado de nuestra apreciación determina la calidad y cantidad de bendiciones que podemos atraer. Es claro entonces que resulta importante empujarnos a nosotros mismos a despertar consistentemente una apreciación cada vez mayor.

Hace más de 3000 años existió un poderoso y prospero rey. Su nombre fue David. Encuentro su vida y cómo lidió con sus desafíos algo muy inspirador. Como rey, claramente tenía todas las posesiones materiales que pudiera desear. Aún así, encontramos algo bastante peculiar en la forma en la que se refería a sí mismos en sus escritos; una y otra vez escribió: “ya que soy pobre y necesitado”. ¿Cómo podemos entender esta perspectiva que tenía de sí mismo?

Lo que David quiso decir era que cuando veía lo que se merecía o lo que había ganado, él creía que no merecía nada. Por ende, estaba sumamente agradecido y apreciaba hasta el obsequio más pequeño que tenia, incluso el hecho de tener ropajes para vestir. A esto se refería al decir que era pobre, queriendo decir: no he ganado nada, y por eso todo lo que tengo es un regalo gratuito por el cual estoy extremadamente agradecido.

Este es el más alto nivel de apreciación. Un entendimiento constante de que nada está garantizado: ni el hecho de despertarnos en la mañana, tampoco el hecho de tener nuestra familia y amigos, y ni siquiera el hecho de tener comida para alimentarnos y ropa para vestirnos. Este nivel de apreciación no es natural para nosotros y necesita ser desarrollado. Cuando creces en este sentido, comienzas a experimentar la vida con mucho más júbilo. Lo que es más importante, permites que más y mayores bendiciones se manifiesten en tu vida.

Para comenzar este proceso, detente varias veces al día e imagina que no tienes nada, y despierta la apreciación hasta por lo básico que tienes en la vida. Aprecia que tienes ropa para utilizar y comida para comer. Luego piensa en las mayores bendiciones que tienes y despierta una mayor apreciación por ellas.

Pregúntate a ti mismo: ¿Soy una persona más agradecida el día de hoy de lo que era la semana pasada, el mes pasado? Si permanecemos consistentemente en este crecimiento entonces podremos recibir más y mayores bendiciones.Bendiciones y Luz,
Michael Berg

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