sábado, 19 de enero de 2013

Mecanismos de defensa: La deflexión...♥







Este mecanismo tiene la función de desvitalizar el contacto y, de alguna manera, de enfriarlo. Tiende aevitar el contacto directo, ya sea con otra persona o con el medio. La acción existe, pero no llega a su destino, pierde fuerza y efectividad.


Se caracteriza por conductas de evitación, de desviación. Ej. Ante un sentimiento de vergüenza, la persona huye de la situación que le suscita este sentimiento, en lugar de encararlo.
La deflexión suele venir acompañada de un grado variable de agotamiento y de frustración, pues la persona no deja de “esforzarse” en permanecer activa, en realizar acciones supuestamente encaminadas a satisfacer su necesidad; necesidad que, sin embargo, no llega a satisfacer. Por ejemplo, se pone metas y cuando las consigue no contacta con ese sentimiento de satisfacción, sino que se siente insatisfecho porque piensa que podría haberlo hecho de otra manera o salta a otra meta. Como una lista de actividades que “tuviera” que hacer de forma mecánica.


Lucía tiene siete años y a veces, sólo a veces, sólo puede pensar en su compañero de pupitre, Luis. Por una parte le encanta y por otra no, porque lo pasa fatal. Sólo quiere estar con él. Le da por pensar que Luis es la persona más importante del mundo. Más aún; la única persona del mundo. Entonces Lucía se imagina convertida en astronauta en mitad del espacio o en un satélite que gira al alrededor de Luis.


Cuando le pasa todo esto, Lucía intenta recordar que, además de Luis, en el mundo hay más cosas, como mazorcas de maíz, tejados, sacapuntas tijeras, cafeteras y aviones.


¡Pero no hay manera! ¡En todas partes está Luis!: detrás de las hojas verdes, el lugar del maíz dulce, aparece la dulce sonrisa de Luis; también Luis está en lo alto del tejado saludándola con la mano, o sentado tras las tijeras colgándole por las asas los pies. La cafetera no da café solo ni con leche. Sólo da café con Luis. Entonces Lucía cierra los ojos muy fuerte y repasa las tablas de multiplicar, hace sumas y restas, escribe redacciones o habla en inglés. Pero sólo puede multiplicar y sumar Luises, ¡y ni siquiera consigue restarlos! Las redacciones siempre acaban diciendo “Luis is very handsome” y empiezan con “Querido Luis”.


Después monta en bicicleta, hace el pino, se moja bajo la lluvia, abre la nevera, prepara un sándwich, cuenta estrellas o imagina figuras en la forma de las nubes. Y finalmente grita desesperada:


– ¡Así no puedo! ¡Estás en todas partes!


Y finalmente, como nada, nada de todo esto funciona, llama a la puerta de Luis y le invita a que, juntos, jueguen a los astronautas, hagan los deberes y después el pino, se mojen bajo la lluvia, monten en bicicleta o que suban al tejado a contar estrellas o a imaginar figuras en la forma de las nubes.

La deflexión también tiene una vertiente creativa. La tiene, por ejemplo, en tanto en cuanto podemos desviar la expresión de la ira y la rabia hacia otro objeto distinto del que la causó, de manera que podamos desatarla sin producir necesariamente una agresión. El paciente deflecta cada vez que en terapia golpea un cojín o lanza insultos e improperios al aire o a quien haya sentado en la silla vacía.


Fuente: http://www.gpyf.es/


M. Angeles Molina


Directora y Psicóloga (col. 1642) del Centro PSINERGIA

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