Ricardo Ros
Los seres humanos somos seres sociables. Ser sociable no significa que siempre estemos dispuestos a sacrificarnos por los demás, significa que establecemos relaciones con los demás, buenas o malas. Tenemos relaciones de amor, de odio, de ira. Hay gente que mata a otras personas, hay muchas guerras, gente que roba y desfalcos masivos en muchos bancos, empresas y gobiernos. Esto ocurre desde que el ser humano se llama “sapiens”.
También tenemos la capacidad de amar, de ser solidarios, de ser amables, cariñosos, tiernos, sensibles, sentimentales, compasivos… En nuestras relaciones sociales tenemos todo tipo de situaciones. Podemos amar a nuestros hijos, pero odiar a nuestro jefe, tener ira con nuestro vecino, pero tener un sentimiento solidario con una persona a la que no conocemos y que vive a miles de kilómetros. Así somos los seres humanos, estamos llenos de contradicciones, porque nuestros sentimientos pueden ser de muchas formas diferentes.
Si te fijas, posiblemente hayas conocido a muchas personas, varios miles. Con unas, solo las has mirado al pasar de largo; con otras has intercambiado alguna palabra; con otras personas quizás sean tus amigos y posiblemente haya otras con las que has tenido mucha confianza e intimidad. Desde que eras niño por tu vida han desfilado miles de personas, unas con amistad, confianza; otras que se han atravesado en tu vida y no las hubieras querido conocer, porque de alguna forma ha habido tensión, tirantez, dureza. Y la mayor parte de las personas que has visto ni siquiera recuerdas su nombre, han pasado por tu vida sin dejar rastro.
¿Qué habría cambiado en tu vida si en vez de ir a un colegio de pequeño te hubieran llevado a otro colegio ¿Y si en vez de vivir en tu ciudad tus padres se hubiera desplazado a otra ciudad? ¿Habrías conocido a otros amigos? ¿Tu vida a partir de ahí habría sido diferente? ¿Cómo habría sido tu vida si en vez de haber ido aquél día al cine, donde conociste a tu pareja, hubieras ido a otro sitio y te hubieras encontrado con otra persona? ¿Qué habría pasado en tu vida si en vez de estudiar una profesión hubieras estudiado otra? ¿Y si en vez de haber encontrado trabajo en una empresa lo hubieras encontrado en otra empresa?
Marcel Prévost dice: “El afortunado hallazgo de un solo libro puede cambiar el destino de un hombre”. Eso es cierto, pero el haber conocido a una persona puede cambiar tu forma de ver la vida y tu destino.
Todas las personas a las que has conocido te han influido de alguna manera. ¿Qué personas has conocido que te han cambiado la vida? El abuelo, un profesor, un amigo, tu pareja.
Pero tú también influyes en otras personas. ¿Cómo influyes a las demás personas? Puedes hacer que las personas a las que influyes puedan valorarse más, tener más autoestima, ser más responsables, que ellos puedan elegir su propia vida, que tengan un poder personal. Eso está en tus manos. Solo depende de ti.
Fuente: http://www.ricardoros.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario