miércoles, 3 de agosto de 2011

CIELO...PURGATORIO...INFIERNO...¿ADÓNDE ESTÁN?


En una sociedad donde la iglesia católica ha ejercido un inmenso poder sobre la educación de muchas generaciones, el concepto de pecado, el castigo y el perdón configura desde niños una estructura mental en la que encajamos los demás conocimientos que vamos adquiriendo. Si nos hablan de sexualidad, de aborto, de libertad, de emociones… todo pasa por el tamiz del pecado.”¿Qué diría mi cura confesor si le contara esto?”, parece que una voz antigua nos sigue insistiendo machaconamente desde una esquina del edificio mental de muchos adultos.  Y si nos hablan de cielo, pensamos que ese será no un lugar físico, pero si un momento libre de pecado. ¿El pulgatorio?, el momento en que pagamos por ellos… ¿y el infierno?, el máximo castigo. ¡A pagar toca!
¿Sería posible que esa estructura mental corrupta, construida sobre los cimientos del concepto de pecado, se pudiese transformar en otra, edificada sobre la idea de un Dios Interior que es Puro Amor?
Reflexión tras leer las últimas declaraciones del Papa (La Vanguardia)
Imagen: Caricatura de Marco Calcinaro

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