miércoles, 4 de mayo de 2011

¿POR QUÉ A VECES DIOS ATIENDE...Y OTRAS VECES NO ATIENDE?...POR CONNY MÉNDEZ..


Ahora, ¿por qué es que Dios parece atender a veces, y otras no? Ya verás. La oración es el pensamiento más puro y más alto que se pue­de pensar. Es polarizar la mente en el grado más altamente positivo. Son vibraciones de luz que lanzamos cuando oramos, o sea, cuando pensamos en Dios. Esas vibraciones tienen que transformar instantáneamente, en perfecto y be­llo, todas las condiciones oscuras que rodean, como cuando se lleva una lámpara a una habita­ción que esté en tinieblas. Siempre que el que esté orando piense y crea que ese Dios a quien le pide es un Padre amoroso que desea dar todo lo bueno a su hijo. En ese caso. Dios siempre "atien­de" ¿Pero cómo, por lo general, la humanidad tie­ne costumbre de pedir así: "Ay, Papá Dios, sácame de este apuro, que yo sé que vas a pensar que no me conviene porque tú quieres imponerme esta prueba"! En otras palabras, ya negó toda posibili­dad de recibirlo. Tiene más fe en ese Dios que nos enseñaron, caprichoso, vengativo, lleno de mala voluntad, que no está sino atisbando a que co­metamos la primera infracción para atestarnos cas­tigos de una crueldad satánica! Pues el que así pide no recibe sino de acuerdo a su propia imagen de Dios. Es tan sencillo como te lo digo. Ahora no vuelvas a olvidar jamás que la voluntad de Dios para ti es el bien, la salud, la paz, la felici­dad, el bienestar, todo lo bueno que El ha creado. No vuelvas a olvidar jamás que Dios no es ni el juez, ni el policía, ni el verdugo, ni el tirano que te han hecho creer. La Verdad es que El ha creado siete leyes. Siete Principios que funcionan en todo y siempre. No descansan un solo minuto. Se encargan de mantener el orden y la armonía en toda la Creación. No se necesitan policías en el espíritu. Aquel que no marcha con la ley se castiga él mismo. (Lo que piensas se manifiesta de manera que aprende a pensar correctamente y con la ley para que se manifieste todo lo bueno que Dios quiere para ti).
San Pablo dijo que Dios está más cerca de nosotros que nuestros pies y nuestras manos, más aún que nuestra respiración; de manera que no hay que pedirle a gritos que nos oiga. Basta con pensar en El para que ya comience a componerse lo que parece estar descompuesto. El nos creó. El nos conoce mejor de lo que nos podemos conocer nosotros. El sabe  por qué actuamos de esta o aquella manera, y no espera que nos comportemos como santos cuando apenas estamos aprendiendo a caminar en esta vida espiritual.
Voy a rogarte que no creas nada de lo que te estoy diciendo sin primero comprobarlo. Es tu derecho divino y soberano. No hagas lo que has hecho hasta ahora, aceptar todo lo que oyes y todo lo que ves sin darte la oportunidad de juzgar entre el bien y el mal.

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